EN
INVIERNO, QUE TIEMBLE EL ENFERMO
(Refrán Popular)
Llegó el invierno y con él diferentes síntomas como tos, estornudos, mocos... esos temidos catarros y resfriados, y otros problemas respiratorios e infecciones. En este periodo las enfermedades respiratorias tales como cuadros gripales, sinusitis, bronquitis, neumonías, etc. tienen un incremento de hasta el 25%.
Pero… ¿Qué origina
estas enfermedades?
El origen de
las enfermedades respiratorias es principalmente vírico, siete de cada diez
procesos respiratorios en esta época se generan por estos agentes infecciosos,
aunque, en otros pocos casos, puede ser bacteriano (tres de cada diez).
Es la bajada de temperatura en
invierno, los cambios bruscos de temperatura, junto con la humedad y la lluvia,
un factor de riesgo para las afecciones de las vías respiratorias. Cuando
respiramos aire frío, nuestro sistema inmune se debilita, y además los virus se
diseminan más fácilmente en el ambiente debido a la variación de las
condiciones externas, con lo que es más fácil enfermar por problemas
respiratorios. Es por ejemplo el caso del virus de la gripe.
Existen
procesos fisiológicos, como la tos y el barrido ciliar, que evitan la
acumulación de moco en las vías respiratorias (que favorece las infecciones),
pero cuando existe una patología, fallan y tiene lugar las obstrucciones de las
vías y el comienzo de la enfermedad.
Por tanto, en
esta época es fácil así observar gente enferma en nuestros lugares, en el
trabajo, en el colegio y hasta en nuestra propia casa.
¿Cuáles son los grupos de personas de riesgo ante el
frío? Enfermedades respiratorias que se complican.
Frente a las enfermedades de tipo respiratorio en
época de frío existen grupos de personas más vulnerables que otros.
Es el caso de bebés, niños y ancianos; y el de
aquellas personas con patologías crónicas tales como broncorrea, fibrosis
quística, EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), asma, neumonía, atelectasia,
bronquiolitis en bebés, y bronquiectasias. Durante el invierno Estos grupos aumentan
sus consultas hospitalarias, y también el número de casos de estas enfermedades.
A parte, otros grupos como mujeres embarazadas,
fumadores, diabéticos, hipertensos, y personas con enfermedades que pueden
comprometer su patrón ventilatorio, como la esclerosis múltiple, esclerosis
lateral amiotrófica, distrofia muscular de Duchenne, etc. Son también propensos
a padecer problemas en invierno, ya que en ellos, debido a que normalmente su
sistema inmunológico está afectado con alguna enfermedad, es más fácil que una
infección respiratoria se complique.
1. FISIOTERAPIA RESPIRATORIA
De ella se habló en este blog en la entrada anterior ¿Qué es la fisioterapia respiratoria?
La fisioterapia respiratoria, está indicada principalmente en los
grupos de persona de riesgo, sobre todo cuando los que cursan con exceso de
secreción de moco.
Cuando la mucosidad está muy adherida, no es
suficiente realizar limpiezas con suero para conseguir expulsarla. En estos
casos las técnicas que utiliza la fisioterapia respiratoria son muy eficaces
(para saber más lee ¿Qué es la fisioterapia respiratoria? ).
Para conseguir
los mejores resultados, el fisioterapeuta individualiza el tratamiento según la
edad, la clínica del paciente y la enfermedad que presenta. Se debe realizar una valoración del mismo para
adecuar las técnicas de tratamiento a su patología y realizar un programa de
sesiones en función de las necesidades y evolución.
También,
una parte importante del tratamiento son las pautas y educación por parte del
fisioterapeuta a los cuidadores del paciente o al propio paciente. Si una persona acumula moco, hay que enseñarla a
reeducar su cuerpo para que pueda provocar su salida. El paciente puede aprender técnicas para realizar de forma autónoma,
entrenado y supervisado por el fisioterapeuta.
"La educación es el arma más poderosa
para cambiar el mundo". Nelson Mandela (1918-2013)
Y por nuestra parte, ¿qué hacer?
Principalmente debemos evitar los cambios bruscos de temperatura porque entorpecemos a los
mecanismos de defensa de las vías respiratorias de nuestro cuerpo. Por ejemplo,
las vellosidades de nariz y oídos se mueven a una cierta velocidad sirviendo de
barrera a agentes externos como virus y bacterias. En
la presencia de frío, la velocidad de movimiento de las vellosidades disminuye,
y no reaccionan igual ante un cambio brusco de la temperatura, lo que hace que
los agentes infecciosos dañen la mucosa y pasen rápidamente al tracto
respiratorio.
Por ello hay que seguir las siguientes
recomendaciones: llevar ropa adecuada, proteger la cabeza, manos y pies;
mantener un aislamiento térmico de la casa, cerrando ventanas por la noche y
ventilando la casa por el día, evitar lugares con aglomeraciones, fumar (puede
dar lugar a crisis de bronquitis crónica o asma bronquial), tener una higiene
adecuada, y vacunarse ante la gripe. Además
de beber abundante líquido porque de esta forma se disuelven las secreciones.
Si eres infectado por un virus, recuerda estas
medidas, así como tomar alimentos ricos en vitamina A y C, y evita contacto con
personas enfermas.
En el caso de que el origen sea una bacteria,
necesitarás un tratamiento farmacológico.
2. EJERCICIO PARA NO
PONERSE MALO
Los pacientes con enfermedades respiratorias discapacitante
presentan una limitación en sí al ejercicio debido a la debilidad muscular, a
la limitación ventilatoria, etc. Su situación de inactividad física les hace
entrar en un círculo de mayor inactividad y, por tanto, mayor incapacidad
debido a un aumento de sus síntomas. Pero, el
ejercicio, lejos de eliminarlo en la época invernal, es altamente recomendable
porque resulta beneficioso en estas personas: Existe un aumento de la
tolerancia al ejercicio, una disminución de los síntomas de la enfermedad y
menor uso de medicación. La actividad física mejora el rendimiento
cardiovascular debido a cambios hormonales, metabólicos, neurológicos y de la
función respiratoria.
El ejercicio reporta otros beneficios en esta época del año. Primero, aumenta los niveles de energía que tienden a ser menores en inverno, para mantener la misma temperatura corporal que en otras estaciones. En segundo lugar, se queman calorías, acelera la pérdida de peso, más que en verano. Por último, estimula el sistema inmunitario por lo que evita las complicaciones respiratorias porque ayuda a las defensas.
Así que realizando ejercicios en lugares
cerrados, como gimnasios, o a horas que haga menos frío, como a mediodía que la
temperatura es más cálida, con la ropa y equipo adecuado, prevenimos los
problemas respiratorios.
Iván Castellano Santana, Alicia
Pacios Martínez
Fisioterapeutas centro deportivo Forus Parla